lunes, 12 de noviembre de 2012

El Potlatch.

Vacas, cerdos, guerras y brujas. 


-El Potlatch, por Marvin Harris.




Vamos a hablar de una  sociedad en la que se compite por el prestigio, en la que la avaricia se transforma en una obsesión, sin pensar en gastos materiales.


Hablamos entonces de una sociedad consumista, en la que estamos mas interesados en trabajar para conseguir que la gente nos admire por nuestra riqueza, que en la misma riqueza. Ligado está esto, al consumo conspicuo, ¿y que es el consumo conspicuo?, más que la necesidad de comprar lo innecesario obedeciendo a un impulso por hacerse visible. La competencia, motor importante del sistema de libre empresa, estimula este comportamiento que hoy se identifica como consumista.
Antropólogos muy sorprendidos al descubrir que hasta tribus practicaban un consumo y despilfarro conspicuo. Esto alude a hombres ambiciosos sedientos de status que competían entre sí por la aprobación social dando grandes festines.

Aclararemos entonces que es el Potlatch, hablando de casos extraños como el de los amerindios que en tiempos pasados habitaban en regiones costeras de Alaska, la Columbia Británica y el estado de Wshington.Estos buscadores de estatus practicaban una forma maníaca de consumo y despilfarro conspicuos, a esto lo llamamos Potlatch. El objeto del Potlatch era donar o destruir más riqueza que el rival. Esto no se podría asociar con una sociedad en la que eres lo que tienes, ya que siempre estás en continuo consumo.
Nos centramos en el potlatch en los kwakiult. El potlatch kwakiult era el resultado de condiciones económicas y ecológicas definidas. Se centraba en el jefe kwakiult, el cual nunca estaba satisfecho con el respeto que le dispensaban sus propios seguidores y jefes vecinos. Siempre estaba inseguro de su status. Aquí el objeto del potlatch era mostrar que el jefe anfitrión tenía derecho a su estatus y que era mas magmánimo que el huesped. El jefe ambicioso y sguidores tenái rivales de potlatch en varias aldeas diferentes a la vez. Aunque un jefe lograra vencer a sus rivales en un lugar, todavía tendría que enfrentarse a sus adversidades en otro, es decir, que existía una continua rivalidad por quien tenía mayor poder.
Fundamentalmente el potlatch es un festín competitivo, un mecanismo casi universal para asegurar la producción y distribución de riqueza entre pueblos que todavía no han desarrollado plenamente una clase dirigente.
Podemos decir del potlatch que es un medio de comunicar a sus rivales que o igualaran sus logros o se callaran. Aunque este cree una gran tensión competitiva, transfiere alimentos y otros objetos de valor de centros con alta productividad a aldeas menos afortunadas.

Existe también la tribu kaoka, que esta desean convertirse en el ''gran hombre'' , muy semejante al jefe del potlatch. Pero los ''grandes hombres'' trabajan y se preocupan mas, pero consumen menos que cualquier otro. El prestigio es su única recompensa. Podemos describir al ''gran hombre'' como un empresario trabajador, que presta servicios a la sociedad al aumentar el nivel de producción.
Como en la actualidad para poder un pobre comer, tenía que someterse al rico, tenía que admitir que el jefe rival era un ''gran hombre''.

Cada sociedad se sirve de la necesidad de aprobación social, pero no todas las sociedad vinculan el prestigio con el éxito en la donación de festines.
Seguimos con sociedades estatales gobernadas por reyes hereditarios que no realizan ningun trabajo industrial agrícola básico y que guardan para sí la mayor parte y lo mejor de todas las cosas. Y hacen valer sus derechos a los privilegios hereditarios contra todos los posibles aspirantes no mediante potlatch, sino por la fuerza de las armas.

Hablemos por último de dos conceptos primordiales.
Los intercambios recíprocos, pensando en la manera en que intercambiamos bienes y servicios con nuestros parientes o íntimos. En cuanto a límites, la obligación de reciprocidad no saldada empieza a parecerse sospechosamente a la explotación. Es decir, todo el mundo quiere considerarse generoso, pero nadie quiere parecer tiltado de chupón.
Un ejemplo es el dilema que se nos plantea al elaborar nuestras listas de compras de Navidad. El regalo no puede ser ni demasiado barato, ni demasiado caro, sin embargo, nuestros cálculos deben parecer totalmente casuales, por lo que quitamos la etiqueta del precio.

Pero para ver realmente la reciprocidad en acción hay que vivir en una sociedad de igualitario que carece de dinero e en la que nada se puede comprar o vender. La reciprocidad es una forma de intercambio económico que se adapta principalmente a condiciones en las que la estimulación de un esfuerzo productivo extra intensivo tendría un efecto adverso para la supervivencia.

La donación de festines competitivos y demás formas de redistribución eliminó la dependencia primordial de la reciprocidad cuando fue posible aumentar la duración e intensidad del trabajo sin inflingir daños irreversibles a la capacidad de sustentación del habitat.
La redistribución comenzó a aparecer a medida que el trabajo requerido para mantener un equilibrio recíproco con productores muy celosos y sedientos de prestigios fue aumentando. Al fin y al cabo, la redistribución predominó ante la reciprocidad.

No dejamos de hablar entonces de la aparición del capitalismo, se confería mayor prestigio el mayor prestigio a los que eran más ricos pero vivían mas frugalmente.

Con el tiempo, los ricos se vieron amenazados por nuevas medidas fiscales enderezadas a redistribuir su riqueza. El consumo conspicuo por todo lo alto se hizo peligroso, olviendose así de nuevo a otorgar el mayor prestigio a los que tienen mas pero lo demuestran menos.


El hecho de que desde la antigüedad se de, de una forma u otra un sistema capitalista me asombra. He querido recalcar en mi resumen del potlatch el ejemplo de la lista de regalos en la navidad, es algo verídico.

En esta sociedad no organizamos festines para ver quien es el que se encuentra en el lugar más alto, pero si que compramos cosas innecesarias, que realmente no necesitamos para poder lucirlas al vecino, o simple gozo.